Es interesante para la seguridad de muchos hipnoterapeutas conocer el reciente estudio publicado en la revista Consciousness and Cognition (Conciencia y Cognición) que apoya la teoría de que la hipnosis "prepara" al cerebro para quedar dispuesto a la sugestión. La hipnosis tiene un efecto "muy real" en el cerebro, que puede ser detectado con escáneres, afirman científicos de la Universidad de Hull, en Inglaterra.
Hasta ahora ha habido algún escepticismo sobre si realmente existe el estado hipnótico.
Un estudio con voluntarios hipnotizados mostró en imágenes computarizadas cambios en las partes del cerebro relacionadas con el fantaseo y la imaginación.
Estos patrones cerebrales —afirman los investigadores— no estaban presentes en los participantes que tomaron parte en las pruebas y que no fueron susceptibles a la hipnosis.
La hipnosis es una técnica cada vez más utilizada para ayudar a las personas a dejar de fumar, a perder peso, a superar fobias, crisis de pánico, combatir la ansiedad, mejorar su sexualidad o a realizar cambios conductuales.
No es la primera vez que los científicos intentan usar técnicas de imágenes de resonancia magnética funcional para monitorear la actividad cerebral en personas que han sido hipnotizadas.
Pero el equipo de Hull afirma que, en el pasado, los estudios se llevaron a cabo mientras las personas hipnotizadas realizaban determinadas tareas, de modo que no estaba claro si los cambios en el cerebro se debían al acto de efectuar una labor o al efecto de la hipnosis.
En la investigación reciente, el equipo primero analizó la forma en que los participantes respondían a la hipnosis y seleccionó a diez individuos que eran "altamente susceptibles" y a siete que no habían respondido a la técnica, aparte de quedar más relajados.
Posteriormente se pidió a los participantes que llevaran a cabo una tarea mientras estaban bajo hipnosis —como escuchar música no existente— y no sabían que se estaba monitoreando su actividad cerebral incluso en los períodos de descanso entre ocupaciones.
Los investigadores también llevaron a cabo escáneres cerebrales de los participantes sin inducción hipnótica para poder comparar los estados de descanso dentro y fuera de la hipnosis.
Los resultados mostraron que en el grupo "altamente susceptible" hubo una actividad reducida en la región cerebral involucrada en el fantaseo y en dejar correr la imaginación, lo que se conoce como la red de "modo por omisión" (DMN, por sus siglas en inglés) que se activa cuando el individuo no está enfocado en el mundo exterior y el cerebro está en reposo, aunque despierto.
Al inducir una hipnosis por un método estabilizador, llamado por algunos Ericksoniano, la persona puede parecer incluso profundamente dormida. Esto se debe a una máxima quietud producida por una instrucción de relajarse enviada desde la mente profunda. Para quien observa del exterior, parece que difícilmente se despertará. Sin embargo, basta que el Hipnoterapeuta indique con voz suave y calmada que a la cuenta de tres terminará la sesión, para que el sujeto “despierte” inmediatamente. Esto muestra que el cerebro estuvo en reposo, pero siempre despierto, es decir, atento a lo que se le dice.
No es relajación
Se cree que la hipnosis funciona "clausurando" el DMN, lo que deja al cerebro libre para concentrarse en otras tareas.
Tal como afirma el doctor William McGeown, profesor del departamento de psicología de la Universidad de Hull y quien dirigió el estudio, los resultados son "inequívocos" porque sólo se vieron en los individuos altamente susceptibles a la hipnosis.
"Esto demuestra que los cambios en el cerebro se deben a la hipnosis y no a la simple relajación. Nuestro trabajo muestra que la hipnosis es real", asegura el investigador.
Personalmente utilizo una relajación especial como método de inducción hipnótica, porque esto resulta muy agradable de experimentar y porque, en mi experiencia desde 1971, es muy rara la persona que no responde a este modo de entrar en estado hipnótico. Muchas personas en la primera sesión sienten que se han relajado solamente. No obstante, dejo en su menta las instrucciones de entrar en estados más profundos en la próxima sesión. Aunque parezca una sesión muy superficial, la mente responde. En las futuras sesiones se va entrando en un estado más profundo, caracterizado por una relajación muy profunda y diferente a la común. Se parece a dormir, en el sentido que el cuerpo se aletarga y la mente consciente se distrae generalmente con imágenes. Aunque relajarse no es indispensable para entrar en hipnosis, sí lo hace muy grato.
Si bien en hipnosis clínica la efectividad de los mensajes e instrucciones que recibe el sujeto no dependen de la profundidad, llegar a un estado hipnótico más profundo resulta más agradable y más satisfactorio para el hipnotizado.
Por su parte, el doctor Michael Heap, psicólogo clínico y forense residente en Sheffield, Inglaterra, comenta que este experimento es el primero que muestra los patrones cerebrales que apoyan la teoría de que la hipnosis funciona al "preparar" al sujeto para que responda de manera más efectiva a las sugerencias.
"Aún más importante es que los datos confirman que la relajación no es un factor crítico", agrega.
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